SUFISMO, MAS ALLA DEL SUFISMO

"Al igual que la propia vida - o el amor -, el sufismo es una realidad inefable, indefinible, indivisible, inclasificable, que sólo admite ser vivida, hecha experiencia. La vida, valga la redundancia, se vive, no se explica ni se dice. Podría afirmarse como el Tao, que pierde su condición al ser nombrado. Hablar sobre él es, en cierto modo, traicionarlo; traducir conceptualmente su lenguaje simbólico, falsearlo.

Por consiguiente, el sufismo no es más que vivir (lo cual no es poco). La mística sufí no es nada que se halle por encima ni en paralelo ni al margen de la vida misma. vivir, eso sí, como sólo merece la pena hacerlo: despierto, alerta, de forma espontánea, aquí y ahora; en definitiva, la vida dura un momento, el presente. (...) La eternidad del sufí cabe en el instante de una sola respiración. Vivir convirtiendo cada acto en un acontecimiento único e irrepetible. Vivir desde el pasmo y la admiración, el interés (que es amor), por todo cuanto existe y es.

El sufismo comporta vivir arriesgando (pero no con temeridad), el vigor intrépido y la transparencia impecable propios de (...) un guerrero, un caballero, que no empuña más arma que la del conocer y el sentir silenciosos, más allá de la ilusión ficticia del ego. Vivir sin ataduras, libre de todo condicionamiento (incluido también el religioso), desde la libertad no engreída sino humilde del saberse desnudo, despojado, en una palabra, nada, lo que comporta, indefectiblemente, habitar en la intemperie, lejos del calor narcotizante que todo habitáculo produce. Sólo quien se conoce a sí mismo como la nada, conoce la Realidad como el Todo."


Halil Bárcena (Arabista e islamólogo, director del Institu d'Estudis Sufis de Barcelona)
Ponencia presentada en el Congreso Internacional de Mística, celebrado en Ávila, los días 26, 27 y 28 de octubre de 2007.