Cuando un mago con su sombrero de copa y su capa llama a su bella ayudanta para conducir el enorme elefante al centro del escenario, nos dejamos caer en el respaldo de la silla y nos preparamos para disfrutar de la ilusión. ¡Presto!, grita, y el gigante Jumbo desaparece, al toque de varita mágica. Sonreímos, sabiendo que la magia fue realizada con espejos, pero nos sentimos bien permitiendo que nuestra percepción sea deliberadamente engañada.
Nosotros dimos un paso hacia el mago y la ayudanta, y entramos en otro mundo, un mundo donde los espejos eran visibles y el elefante estaba tan cerca que podíamos escuchar su respiración y sentir el escenario crujiendo levemente con el movimiento de las patas de Jumbo.
Hay algo ligeramente desconcertante sobre el estar cerca de la fuente de una ilusión, pero una vez que aprendemos exactamente cómo hace el elefante para desaparecer durante el espectáculo, sentimos un inmenso placer. Aprendemos a mirar desde cerca y a disfrutar de esta habilidad con la que el mago actúa, así como a quedarnos con la opción de sentir una gran alegría por la ilusión en sí misma.
Nos unimos al mago en su escenario, tanto para hablar, como para empezar a fisgonear alrededor de los espejos y otros aparatos del arte taumatúrgico y obtener así, una nueva perspectiva de qué pasó antes, durante y después que la ola de la varita mágica generara tan fascinante despliegue de experiencias para todos nosotros.
Bandler, R. Grinder, J. Dilts. R. & DeLozier, J. 1980. Neuro-linguistic Programming, Vol. 1. The study of the structure of subjective experience. The society of NLP.
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