Te miro, me miras, te guiño un ojo, me devuelves tu sonrisa. Brillas fuerte, luna clara. Tu reflejo viste el cielo de azul morado. Voy a disfrutar esta noche de tu encanto, quiero girar sin parar hasta caer contigo en un abrazo.
Mientras, las notas se hunden en mis dedos, y la música se abre por debajo del tintero. Los aullidos de los perros lloran, te han esperado días enteros. La brisa dice que abra las ventanas, que mire lejos y que acaricie de nuevo tu alma.
Un Do, un Re, un Sol y un La ... un Si, un Mi y un Fa ... de una en una, de dos en dos, de tres en tres, empieza la danza de las luciérnagas. Me meto dentro del tornado, bailan las escamas, duermo en tu falda acariciando con burbujas mis espaldas.
Se levanta el cuerpo con las palmas, cuando inspiro siento que tu me llamas, y cuando expiro te recuerdo que la música no para. Te miro, me miras, me guiñas un ojo, te sonrío. Hoy amo esta vida con la fuerza de la luna clara.
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