VUELVE CABALLO MIO

Vuelve caballo mío, que ya no aguanto más su presencia. Tengo la cadera resentida, las cervicales contraídas y los ojos se me clavan como agujas.

Y sigo un poco más, necesito continuar hasta el amanecer. Tratando de encontrar poesía en la tecnología, estoy atrapada en la pantalla del ordenador. Doy un sorbo en el destemplado té, un paseo, una distracción ...

Los pensamientos se los lleva el viento, son libres, no obedecen ya más. Cae la mirada hacia un infinito, atrapada en la memoria de un pasado. Creando historias que se desdibujan con el tirón de un perdido jinete, trayendo de nuevo el bocado hacia el presente.

Por un segundo, el jinete duerme, y las historias se acercan con vivos colores. Eres tu quien emerge de las apegadas tinieblas, tu sonrisa, tu mirada, son plumas de águila soplándome al oído. Siento que el fuego reaviva y que vuelo dormida.

Trota fuerte mi caballo, despiértame de este sueño absurdo y llévame lejos de este mundo, no dejes que se ahoguen mis pensamientos en una caja de cristal, que la asfixia se apodera y la muerte se acerca.

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