ENTRE LO REAL Y LO IMAGINARIO

Descubro la sensibilidad a través de la piel, de las células, de los órganos, del sentir la energía recorrer el cuerpo, por el hecho de respirar, de escuchar el latido del corazón, de contemplar los pensamientos al pasar, sin más. Y me pregunto. ¿Dónde está el límite entre lo real y lo imaginario?. Por ejemplo, cuando siento un dolor en el corazón, es real y concreto, pero aparece y desaparece como los ojos del Guadiana, ¿quién o qué lo trae, quién o qué se lo lleva?

Suponiendo que crea que los pensamientos gobiernan estos sentimientos, tomaría la siguiente decisión: "no quiero sentir el dolor en el corazón", y lo formularía en positivo: "quiero sentir amor, paz y alegría en mi corazón". Entonces, imagino un estado deseado de alegría, paz, amor y gratitud, y me digo: "yo quiero ser eso", y con un poco de imaginación y paciencia, puedo sentir que "yo ya soy eso". Hasta aquí "chupao", ¿no?.

Pero ... ¿quién soy yo cuando no soy eso?. Los pensamientos conscientes los puedo gobernar yo, desarrollar una disciplina y practicar la Técnica con mayúsculas de "Atención, Atención, Atención". Y pasa un día, y es bueno, pasa otro día y también es bueno, pasa un tercer día, y también es muy bueno. Pero el cuarto día, parece que cualquier esfuerzo y disciplina fue en vano, y todo lo sentido se desvanece como por arte de magia, ¡y cómo duele la caída!. Me pregunto, si caes ... ¿no será que estabas volando demasiado alto?, ¿poner los pies en la tierra no es más real que volar en los más altos cielos?, me olvidé de que yo también soy eso, mientras eso sea lo que soy capaz de imaginar.

Y ahí empieza el Camino Real (de Realeza): Volver a empezar, primero levantarse del suelo, revisar que no hay nada roto (no lo hay), mover tímidamente un pie y luego el otro, con la atención en las fibras, músculos, articulaciones ... hasta que ellas ya pueden caminar solas, miras al frente dejando que una lejana y sutil intuición te lleve hacia alguna dirección, y mientras te sitúas diez metros por detrás de una discreta intención, puedes darte cuenta que estás aquí y ahora, acariciando tu corazón, sin que tus pies dejen de caminar y tu esperanza deje de respirar.

3 comentarios:

carmen dijo...

Y yo me pregunto: ¿Qué es eso que queda anestesiado gracias a la "disciplina"?
¿Qué, tan importante te tiene que decir, que a pesar de todo, no para de chillar y chillar hasta dejarte sorda?

Eva dijo...

Ummm....

que belleza...que sabiduria....

sentir el cuerpo, cada célula, el respirar....y recibir lo que viene, así, sin más, viendo como llegan nuestros pensamientos.... comprobando que al seguirlos nos lleban por caminos imaginarios...y, a menudo nos fragmentan.

Tener esa lucidez y flash, simplemente volve a empezar, desde el respirar, sintiendo que estamos estás aquí y ahora y acariciandos el corazón.

Muchas muchas gracias guapa, por estar ahí, por ser tu

¿Te he dicho ya que te quiero?

Anónimo dijo...

Al leer lo presente ha cruzado por mi mente una idea que quizá desarrolle por mi cuenta en otro lugar, sobre ciclos, y ruedas, y lo dificil que es respirar bajo el agua...

Pero como ya digo, eso es carne de otro banquete, aunque si hay algo que parece quedar claro: La gravedad también actúa de manera inexorable sobre el ánimo, y a golpes nos envía hacia abismos que creíamos que jamás veríamos. Pero ascender de nuevo, volver a subir, sólo depende de nosotros mismos, y estancarse en la idea de que sólo subiremos para volver a bajar es la mejor manera para no dejar de caer jamás.

Uno siempre ha de aspirar al Cielo, aunque tenga que permanecer durante toda la Eternidad golpeando sus puertas sin respuesta...

Saludos desde el Bastión (que no enviaba emisarios desde hace demasiado tiempo...)