ODA A LA MUERTE

“Camino en esta noche oscura, escucho el sonido de mis pasos, el misterio está presente. Siento el frío de la noche atravesar mi piel y observo dos bolas de luz azul brillantes dentro de un matorral, es un lobo solitario atento a mi caminar. La profunda noche habla y me absorbe hacia dentro de la más densa oscuridad, sabiendo que ya no existe más el ayer y sin poder ni siquiera imaginar el mañana. No hay dónde refugiarse, ni dónde esconderse más, sólo puedo seguir adelante, lenta y silenciosamente. No tengo miedo a lo desconocido, porque no existe nada que conocer. He atravesado el indeseable umbral y ya estoy en otro lado, aquí hace mucho frío. Oigo el grito de las almas en pena, que atraviesan mi corazón como puñales, las dejo entrar y les pido que me lleven, que levanten mis brazos y arrastren mi cuerpo hacia otro lugar, ¿será esto morir?. Me voy a no sé dónde y me entrego porque no hay nada más por qué luchar. Espero que el cielo me esté esperando más allá de esta maldita noche. Adiós Amigo, recuerda que siempre podrás mirar el cielo estrellado en las noches de invierno y ver la estrella más brillante, esa soy yo, sonriéndote desde el firmamento.”

2 comentarios:

carmen dijo...

Me ha gustado tanto, me ha tocado tanto, que me he puesto a contestarte y era tan largo, que he decidido colocarlo en mi blog.
No sabría explicarte qué tipo de trabajo interno has hecho con esta preciosidad que has escrito.

Anónimo dijo...

Hmm...realmente no sé que decir...

Acostumbrado al tono optimista y esperanzador de lo que suelo leer por aquí, debo reconocer que me ha chocado bastante algo de este talante tan...derrotista.

Siempre hay algo por lo que luchar. Rendirse no hace que las guerras finalicen, ni tampoco, creo yo, nos asegura un lugar en el firmamento(más bien todo lo contrario).

Me temo que el lobo menearía la cabeza, entristecido por tal comportamiento.

Si la muerte es el final, o algún tipo de nuevo comienzo, es algo que siempre podremos averiguar un poco más tarde...

Saludos desde el Bastión(desde donde también nos contemplan lobos)