ELLA ME VIO

Ella estuvo en mi vida desde que nací, aunque todavía no lo sabe, ella me cantó, me acunó y me miró. Pasaron los años y no me dijo cómo, sólo me señaló el camino. No dudé de ella un instante, pero recuerdo que la seguí con la mirada mientras la dejaba atrás, ella asentía y me indicaba con la cabeza para que siguiera adelante sin cesar. Yo entendí: "venga, venga, continúa, ¡no mires hacia atrás!". Pronto dejé de verla, caminé hacia delante tímidamente con su media sonrisa ladeada y serena grabada en mi mente, a la vez que sentí que la fuerza de un cañón empujaba mis espaldas hacia el espacio infinito. No tuve tiempo ni de parar ni de pensar, sólo de volar. Al poco tiempo, el inabarcable infinito parecía tan familiar como mi propio hogar, conocí a miles de estrellas en el camino, paraba para mirarlas y recogí de cada una de ellas un pedacito de luz. El tiempo fue pasando y mi labor continuaba siendo tan interesante como lo fue desde aquél día que la dejé atrás por primera vez y mi sonrisa medio ladeada serena estaba, ahora, fuera y dentro de mi. Sigo recordándola cada día de mi vida, ella fue mi guía que tocó mi corazón cuando me vio.