VIBRACIONES

¡Qué sorpresa!, una llamada de teléfono de mi querida profesora y mentora, la Dra. Pilar. Recuerdo con cariño sus clases, casi particulares, junto aquel equipo tan fenomenal, Laura, Erika y Dolores, “el equipín”, con quien pasé horas charlando de la vida, el amor, el futuro, los cambios, pasando alegrías y tristezas juntas, quien a base de esfuerzo, profundas amigas se volvieron. ¡Cuánto he disfrutado con ellas, y disfrutaré!

Siempre he creído que la Dra. Pilar estaba haciendo brujería con nosotras, con esa apariencia de despistada, hay un pozo, ¡qué digo!, un océano de sabiduría. Y cada paso, cada decisión, tengo la impresión que fue valorada por cada célula de su ser. Era como si ya supiera lo que iba a pasar con nosotras después de esos mágicos encuentros con ella. Lo único que sé es que nuestras vidas cambiaron después de aquel inocente grupo de laboratorio, ¡y cómo!.

Al lado de Pilar siempre sentí que yo era alguien especial, quizás uno de sus muchos talentos que posee, es dar en la diana de lo que uno necesita en cada preciso momento. Y así, me animé a continuar un poco más a su lado, un curso y otro ... hasta llegar a donde estoy ahora, a diez días de presentar el DEA, fue ella la que me inspiró de alguna manera, cuando me dijo “hay cosas en la vida que nadie puede hacer por ti, y una de ellas es el doctorado”, así que decidí que este sería un buen camino de madurez personal y profesional.

Esta frase ha resonado dentro de mí una y otra vez a lo largo de este año, en los muchos momentos de bloqueo, de confusión, de sentimientos abrumadores, de dispersión, de entradas y salidas continuas de mi escritorio... hasta llegar al punto en el que me encuentro ahora, metida en el enredo que yo solita me metí. Y cuando casi decido tirar la toalla, el teléfono sonó, y sentí una vibración dentro de mi, que me llevó a seguir, a intentarlo una vez más. Y ahora mismo me digo: ¡A por ello!

1 comentario:

Marina Manzano dijo...

Ánimos, que ya estás en la recta final!